lunes, 2 de julio de 2012

LOS MISTERIOS CABÍRICOS (KABÍRICOS)


Continuando con la idea de conocer brevemente las Escuelas de Misterios antiguas, que conforman la base de las Escuelas de Iniciación actuales, vemos brevemente los Misterios Cabíricos de acuerdo a un pequeño escrito presentado en una reunión de una Escuela de Iniciación Occidental.

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Existe una gran cantidad de información, contenidos y conocimiento, que aparecen fragmentariamente a la vista de los estudiosos de la historia. Como es de suponerse, en general, mientras de más tiempo date este conocimiento, se presenta más fragmentario e inconexo. Muchas veces los historiadores, arqueólogos, filólogos y otros eruditos relacionados, tienen serias dificultades en establecer relaciones, transmisiones y herencias de conocimiento de las variadas civilizaciones; y aunque frecuentemente toda la información con que se dispone parece indicar que existe una relación o cadena directa, no se logra dar nítidamente con ella.

Las Escuelas o Colegios Iniciáticos están insertos en una “Cadena” de transmisión real, verdadera, que se realiza desde tiempos inmemoriales. Esto faculta a aquellos que participan de esta “Auténtica Tradición”, de poder atisbar y eventualmente vislumbrar con más claridad la relación de la cultura y la civilización al amparo del desarrollo de los “Poderes o Potencias Superiores” en la humanidad.

Los Misterios Cabíricos, es un claro ejemplo de un cuerpo de conocimiento que se pierde en el hilo del tiempo para los investigadores convencionales; pero para los adherentes a la “Auténtica Tradición”, sólo revela la relación espiritual que siempre ha existido en esta cadena de infinita duración en el tiempo y el espacio.

Existen muchas versiones sobre lo que significa la derivación etimológica de la palabra Cabir o Kabir. Quizás si las más acertadas son aquellas que plantean que puede derivarse indistintamente de las voces semitas habir, grande; ebir, astrólogo, chabir, asociado; o bien de de kabar, uno de los nombres de Venus. Otros estudios plantean que la raíz kab es igual a cielo; es decir, “aquellos que vienen del cielo”.

Blavatsky[1] nos indica que “los Cabires o Kabires corresponden a Divinidades y dioses muy misteriosos entre las naciones antiguas, incluyendo los israelitas, algunos de los cuales (como Tharé, padre de Abraham) los adoraron con el nombre de Teraphim. Entre los cristianos, empero, son ahora demonios, aunque los modernos Arcángeles son la transformación directa de estos mismos Cabires. En hebreo, dicho nombre significa "los poderosos", Gibborim. En otro tiempo, todas las divinidades relacionadas con el fuego (ora fuesen divinas, ora infernales o volcánicas) eran llamadas Cabirias. Los Cabires son los más elevados Espíritus planetarios, los más grandes dioses y "los poderosos"”.

Sea cual sea la interpretación del nombre, indudablemente estamos frente a la idea de “Potencias celestiales” muy primordiales y sublimes, de allí que con este nombre de Cabires, se designa a los Dioses del Misterio por excelencia en la antigüedad.

Por ello, existieron distintas sociedades de misterios que podríamos llamar cabíricas, que existieron desde el medio Oriente hasta Grecia, pasando por Asia Menor; en las cuales existían distintas relaciones entre dos, tres, cuatro, siete o más divinidades. Estos Kabires, representan a las potencias divinas civilizadoras por excelencia, y por ello en estas está enraizada la tradición esotérica de la primitiva humanidad.

He dicho que esos misterios se han asociado principalmente a dos, tres, cuatro o siete divinidades, potencias o “kabires”.

De esta forma tenemos que algunos “misterios Cabíricos, creían en una dualidad de estas Potencias, y que esotéricamente eran los dos Dióscuros (Gemelos Divino), Cástor y Pólux, o bien Júpiter y Baco, según el panteón romano posterior, extraído de los griegos. Geodésicamente personificaban los dos polos terrestres, y astronómicamente, el polo terrestre y el polo celeste. Por otra parte representan la Dualidad, Ley Universal que existe en toda la Creación. Dualidad manifestada en Fuerza y Forma, Activo y Pasivo, Mal y Bien, Luz y Oscuridad, Superior e Inferior, etc. En el ser humano representaban, según este prisma, aquel ser superior o espiritual, por un lado y el otro inferior o material. Ambos aspectos necesarios y complementarios para ser sintetizados en uno sólo que corresponde al ser humano iniciado, completo, y así susceptible de ser reintegrado a lo Divino.

Otros consideraban que eran tres los Cabiros, agregándose a los dos ya dichos anteriormente, el tercero que los reunía y enlazaba. Estos Tres Cabires son una primitiva expresión de Santísimas Trinidades en distintas formas religiosas, tales como la Trimurti hindú, la Santísima Trinidad católica (cristiana), la Excelsa y Divina Trinidad del zoroastrismo, etc.

En los pueblos griegos estos Cabires, al parecer comenzaron con dos, posteriormente evolucionó a tres. Es así como cuando se consideraban tres, la estructura mistérica más conocida en la historia convencional, correspondía a las siguientes “Potencias” o “Divinidades”: Axieros; Axiokersa; Axiokersos.

En la isla de Samotracia[2], donde se desarrolló la Escuela de Misterios Cabíricos más conocida por los estudiosos de la historia ortodoxa, adoraban cuatro Principios, Potencias o Cabires. A las tres anteriores se les agregaba un cuarto, llamado Casmilos.

Más tarde por influencia de Eleusis fueron identificados con: Deméter, Perséfone, Hades y Hermes. Es curioso observar que los Cabiros son cuatro divinidades, lo que coincide con los cuatro elementos del ciclo creativo (iod‑hei‑vau‑hei), no obstante, el esoterismo entiende que no existen coincidencias y seguramente era eso justamente lo que representaba. Esta idea del Tetragamatón, la veremos inserta en lo más profundo de la mayoría de las escuelas esotéricas a través de los tiempos, lo único que variará serán los nombres.

Estos misterios, en la isla de Samotracia, tenían una ideología elevada que consistía en que los iniciados se hacían más piadosos, más justos y, en general, mejores. Todo esto lo lograban a través del estudio y la puesta en práctica, para desarrollar las virtudes del salvataje en el naufragio. Otra función era la de purificación: los homicidas eran admitidos como una especie de expiación‑absolución.

Pero también existieron estructuras mistéricas relacionadas con las antiguas potencias cabíricas, en las cuales se distinguían siete de estas Grandes Potencias o Divinidades.

En algunos sectores del Hebrón y Asia menor los Misterios de los Cabires estaban presididos por los siete dioses planetarios, entre otros, por Júpiter y Saturno, bajo sus nombres de misterio. También tanto en Fenicia como en Egipto, fueron siempre los siete planetas conocidos en la antigüedad, los que junto al Sol o “hermano mayor” conformaban una armónica danza circular.

La Kabala lo resume en los sephiroth de la Creación (siete) desde Kjesed hasta Malkuth.

Resumiendo, podemos decir que a la idea de Kabires o Cabiros, está asociada una idea primigenia de “Fuerzas, Potencias o Poderes” superiores, muy antiguos, que se relacionan con la instrucción de la humanidad, brindándole las herramientas y el conocimiento a los seres humanos, desde antaño, para la formación de la “civilización” y la “cultura”.

Es así como en Egipto la idea de Kabir, está asociado Hermes o Thoth, en la antigua Mesopotamia a Oanes, Enlil o Marduk; en las tradiciones semíticas a los Teraphim, los que posteriormente pasaron a ser los Seraphim, o serpientes de fuego. También se les asocia con las Fuerzas Celestiales[3] (Nephilim), que se enamoraron de las hijas de los hombres y descendieron y procrearon con ellas una raza de héroes y gigantes.

En fin, como se podrá observar la idea de Cabir está relacionada con aquellas Inteligencias o Fuerzas primigenias civilizadoras del ser humano, aquellas que permiten que el ser humano se distinga del resto de las especies en el planeta y se erija en el regente del mismo.

Los griegos asocian esta idea a las Fuerzas Titánicas (anteriores a los mismos dioses), y especialmente a aquella dirigida a entregar a los seres humanos enseñanza y conocimiento sobre los poderes superiores, el mejor ejemplo de esto es el mito del titán Prometeo, quién, entre los griegos, es el principal civilizador de la raza humana.
 
A mi entender, una vez más podemos aprender que la historia de la humanidad tiene mucho que enseñarnos. No necesariamente debemos intentar revivir lo antiguo en nuestra época, a mi juicio eso sería un error, sin embargo, si debemos aprender las ideas trascendentes que iluminaron a las grandes almas desde la antigüedad, las podemos adaptar, y vemos que funcionan perfectamente en el mundo contingente de hoy en día.

Los Cabires no son otra cosa que las potencias iluminadoras o divinas con la cuales queremos entrar en contacto, que siempre han existido en las distintas corrientes espiritualistas, y de la cuales se cuelgan las distintas religiones formales a través de la historia, para otorgarle el grado de incomprensibles y fantástica frente al pueblo.

Las Escuelas Esotéricas saben que esas “Fuerzas”, permanecen inmutables y han servido de guía a todos aquellos que tiene deseos verdaderos de superación y evolución; y cualquiera sea el nombre que se les quiera dar, dioses, maestros, extraterrestres, etc, “Ellas” han existido y han establecido contacto con el ser humano desde su inicio como tal y antes, y seguramente seguirán influenciándonos; sólo depende de nosotros esforzarnos por entrar en contacto con ellas, ser merecedores de ingresar al círculo de su influencia.

De tal forma, que al contactarnos con los MM. II., no estamos haciendo nada distinto a lo que ya se hacía desde hace muchos siglos, estamos intentando ser aceptados y reconocidos por Inteligencias Superiores, para trabajar en Sus objetivos e intereses que son los del Creador.


ALV



[1] “Glosario Teosófico”
[2] Isla griega del Mar Egeo
[3] Génesis, Cap. 6 vs. 1 a 4